lunes, 21 de marzo de 2016

Europa necesita un diente de león

Europa necesita un diente de león

Fernando Vidal, 21 de marzo de 2016
Twitter: @fervidal31

Sobre Tony Matelli (1995) Europe is a Vast and Desolate Waste Land.

Europa es un vasto y desolado yermo de residuos. Con este título radical, Tony Matelli llamó la atención del mundo del arte en 1995. La obra tiene un fuerte carácter simbólico: un diente de león con dos flores crece al pie de una columna blanca desconchada, en medio de un suelo con diferentes residuos: tapas metálicas dentadas de botellas, tres clavos, pequeños papeles, trozos de pintura y una caja. La columna está claramente deteriorada en su aspecto externo, con dos visibles desprendimientos de pintura.  Paralela a la columna hay un cable grueso que cubierto con la misma mano de pintura se camufla con ella. El suelo está sucio y el polvo se ha concentrado alrededor del pie de la columna. Matelli emplea la palabra “Waste Land” con doble sentido. Unida, la palabra alude a un “Yermo” pero separado puede significar “tierra de residuos”. Ambos sentidos ahondan en la misma imagen: Europa aparece criticada como una tierra estéril y cubierta de residuos. Parece que el autor –nacido en Chicago, se formó y vive en Nueva York- está decepcionado con Europa, por la que se ha extendido –un vasto yermo…- una honda decadencia.

La columna puede bien representar a Europa. Uno de los más emblemáticos símbolos del alma europea es la columna clásica que significa sabiduría, democracia y razón. Sobre ella, Europa pretende que eleva gran parte de su civilización. Aquí la columna europea no está estriada ni tiene el cuerpo del noble mármol sino que es industrial, vulgar y descascarillada. El blanco del mármol es ya sólo una pobre capa de pintura. Al pie de la columna no hay cuidado ni memoria sino olvido y descuido.

No obstante, al pie de la columna crece un diente de león con dos flores. El amarillo de los pétalos de la mayor está a punto de desplegarse en toda su extensión mientras que en la más pequeña aún están apretados embrionariamente. Las dos pobres flores son las únicas estrellas que parecen quedar de aquellas grandilocuentes estrellas doradas de la Unión.

Las hojas del diente de león posan humildes y resistentes sobre el sucio suelo. El diente de león simboliza la vida que pese a las duras condiciones que impone el hombre –asfaltos, muros, adoquines, alcantarillas…- nace espontáneamente venciendo las dificultades, conquistando un terreno que le ha sido robado. Son plantas resistentes cuyas semillas se meten por las rendijas y con paciencia y anhelo logran romper los más duros materiales. Nacen a contracorriente pero finalmente se convierten en la esperanza de un tipo de hábitat convertido en tierra yerma o domada. Es una flor pobre, austera y capaz de desarrollarse a partir de la más mínima raíz. Cuando el peatón se lo encuentra tras quebrar aceras, calzadas o carreteras o el pie de un muro, siente una suerte de esperanza de que la naturaleza es invencible; la naturaleza persiste agachada y subterránea bajo nuestras ciudades esperando a salir en cuanto el peso de los edificios se ahueque y se haga liviano. Al ver este diente de león resiliente y capaz de superar las más adversas condiciones, uno siente admiración y quiere aprender su lección de vida.

Matelli hace emerger el diente de león al pie de la deteriorada columna europea como un signo de esperanza. Humildad y fidelidad a las semillas aparecen como virtudes para que la tierra europea vuelva a sentir la esperanza del diente de león. Con este elogio al diente de león, Matelli firma una fuerte reivindicación: Europa necesita romper su suelo de cemento armado con un diente de león.

Fuente:

Matelli, Tony (1995) Europe is a Vast and Desolate Waste Land. http://www.tonymatelli.com/europe.html

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