Fernando Vidal
Twitter: @fervidal31
La obra de Nick Cave nos remite con tanto alcance a lo primitivo o primordial de la condición antropológica, que gran parte de las reflexiones sobre ella tratan de buscarle orígenes. Creo que por ello críticos estadounidenses de arte como Roberta Smith o Dan Cameron, buscan sus anclajes en el mundo del arte. Cameron relaciona a Cave con el arte suburbano drag-queen de personajes como Leigh Bowery, aunque me parece una afiliación desacertada tanto por filosofía como por estética y programa estilístico. El proyecto artístico y social de Cave no tiene coincidencias con Bowery y su cháchara. Roberta Smith explora los parentescos artísticos de la obra de Cave y halla afinidades con Shonibare o Lisa Lou. Creemos que la obra de Cave tiene mayor profundidad, pero sí que podríamos asociar a los tres al arte pop-rococó.
El
artista anglonigeriano Yinka Shonibare (Londres, 1962) se caracteriza por hacer
mixturas entre trajes de época y estampados coloristas africanos. El suyo es un
arte que podríamos denominar rococó sarcástico, muy propio de nuestra época en
la que se convoca a todos los materiales y estéticas de la Historia a la
hibridación, algunos de cuyos resultados causan extrañeza, recrean tradiciones
encontrándoles nuevos significados o rompen dualismos asociando maridajes
improbables.
Liza
Lou (Nueva York, 1969) trabaja en Los Ángeles y se incluye en lo que podríamos
denominar pop-rococó más que pop-expresionismo. Su trabajo más conocido son
instalaciones esculturales consistentes en estancias del hogar –especialmente
aplaudidas han sido sus cocinas- que transforma con estampados coloristas que
produciendo un efecto cubista hacen descomponer ante la vista del espectador o
participante el espacio y los objetos, que uno debe recomponer desde esa nueva
piel que casi reclama una nueva estructura. La mente trabaja por reconquistar
los patrones convencionales pero la nueva vestidura nos lo dificulta y nos
obliga a reformar nuestra idea de tradición. La paradoja es que ese colorismo
remite a las estéticas más populares y ancestrales, trazando una elipsis que
une la vanguardia del pop-rococó de comienzo de siglo con la decoración popular
más tradicional.
Existe
también cierto humorismo en Cave –aunque menos que en estos otros parientes-
que le conectaría con las investigaciones en arte textil o vestimental que se
desarrollan en experiencias como las de Geoffrey Cottenceau and Romain Rousset,
del grupo creativo Gneborg (http://www.gneborg.org/), autores de una conocida
imagen del reno realizada con guantes, medias y calcetines. Usan elementos
cotidianos del armario y material de camping para realizar curiosos objetos que
crean sorpresa, gracia y también intriga.
Más información en https://www.artsy.net/artist/nick-cave
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