Fernando Vidal
Twitter @fervidal31
Mach, David (2011) Jacob’s
Ladder. Collage. Collection Precious Light. www.davidmach.com
La Escalera de Jacob que
presenta David Mach en su colección Precious Light ofrece un paisaje submarino
propio de las costas californianas. Largas algas extienden sus hojas a las
corrientes marinas y en similar disposición están numerosas escaleras que se
multiplican por la profundidad del océano hasta no poder distinguirlas.
Suspendidos en diferentes niveles de ese océano, entre algas y escaleras, el
collage de Mach ubica a diferentes personas jóvenes o niños. Los cuerpos
permanecen pacíficamente abandonados al reposo del sueño.En el centro una mujer
con un vestido largo tiene a su hijo durmiendo en su regazo y unos audífonos
cuelgan del cable, como si en el sueño se hubiera desprendido de ellos. No son
cuerpos muertos sino inmersos en el sueño.
Esa impresión de pacífica
inmersión en el mundo de los sueños es lo que quiere mostrar el autor. Los
cuerpos extienden sus brazos y pernas relajados, curvan sus espaldas y racimos
de burbujas salen rezando de sus bocas al ritmo del sueño. No hay ángeles en
esta ilustración del conocido pasaje de Jacob. Las escaleras son blandas y
vegetales: se doblan y curvan también siguiendo los movimientos del agua.
Por un lado Mach nos habla de
la acción de dormir como sumergirnos en el sueño. Por otra parte, cuando Jacob
duerme y contempla la escalera está viendo la profundidad de la realidad. Aquí
las escaleras forman parte de esa realidad submarina, misteriosa, oculta y
honda. Es un misterio que no viene de lo alto sino que se halla en lo abisal.
La escalera de Jacob en la Biblia subía al cielo mientras que en la relectura
de David Mach desciende a las profundidades del mundo y el misterio humano que
se encuentra en cada sueño. Además las escaleras se pluralizan, hay muchas vías
que conectan la intimidad del abismo con la superficie de la vigilia cotidiana.
Cabría otra interpretación:
Jacob sueña en el fondo del océano y contempla una miríada de escaleras por las
que suben y bajan los cuerpos de los ángeles cuyas imágenes pega Mach en el
cuadro. El subir y bajar es el de su respiración pero también es un movimiento
inducido por las corrientes marinas. Los ángeles no serían seres sobrenaturales
sino las personas entregadas al misterio del sueño. Sus alas no son
extremidades a la espalda sino los brazos abandonados y extendidos cómoda y
confiadamente. En todo caso, la escalera de Mach sigue llevando a la
profundidad.
Otros comentarios sobre obras de David Mach:
Referencias
- Website
personal. www.davidmach.com
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